Oye Nico

‘1989’: Y la insurgencia de la música pop

“Taylor Swift is the music industry (Taylor Swift es la industria musical)”, dijo sin pelos en la lengua la presentadora de TV estadounidense Barbara Walters antes de arrancar su entrevista especial matutina con una chica de 24 años que, para agosto de 2014, había anunciado que en octubre lanzaría su primer álbum lleno de música pop.

El mundo, y en especial Estados Unidos, se mantenía a la expectativa del nuevo giro de la llamada “America’s Sweetheart”, una niña que tuvo su primer contrato con una disquera a los quince años y su primer álbum de estudio a los dieciséis: country sería el género de aquel disco, el nicho estaba más que claro – jóvenes que batallaban con su vida romántica durante la secundaria – pues el LP iba estar lleno de historias y mensajes a los que, coloquialmente hablando, había que ‘parar oreja’ así fue ‘Taylor Swift’: Tim McGraw, A Place In This World u Our Song son algunos ‘tracks’ que definitivamente muestran esa inocencia escolar ante el mundo y el romance.

En 2006 nadie hubiese creído que Swift retaría al mundo y lanzaría en 2014 su primer álbum pop ¿Por qué intentarlo si no tenía competencia alguna en el country? Probar suerte en el pop era algo que se veía complicado per se. La ‘competencia’ a la que eventualmente ella se enfrentaría, dominaban los listados de música: Miley Cyrus se movía en una bola de demolición mientras nos daba algunos ‘Bangerz’ como ‘Adore You’, 23 o ‘We Can’t Stop’; Lady Gaga probaba suerte con ARTPOP y Katy Perry estaba empezando a romper récords con ‘Prism’ ¿Qué iba a hacer Taylor Swift ahí?
 

“Nací el 13 de diciembre de 1989, es por eso que este álbum se llamará ‘1989’…” Aseveró Taylor durante un livestream en agosto de 2014, en donde aprovechó y presentó al mundo ‘Shake It Off’ una canción que no era propiamente ‘All Too Well’ de su álbum predecesor RED en lloraba sobre la bufanda que aún conservaba uno de sus exnovios; era una canción que invitaba a bailar y sacudirse todo lo malo que nos haya pasado. ‘Shake It Off’ escaló rápidamente en los listados de todo el mundo, además de ser bailada por aquellos que lenta pero seguramente nos adentrábamos en el mundo de los retos virales.

 
“El renacimiento de Swift”, llamaría yo a ‘1989’ si tuviera que escribir este diálogo escueto en 2014, es algo que uno entiende cuando el álbum arranca con ‘Welcome To New York’, la canción eufórica nos presenta a la ‘nueva Taylor’ – ojo, estamos en 2014 así que no tengamos en cuenta el hecho de que ella misma ejecutaría a esa nueva versión y a su reputación tres años después –. El primer track nos recuerda que Taylor deja las guitarras y la nostalgia country para sentirse viva y adueñarse de aquella “cuidad electrizante” conocida como Nueva York.
 

Para el LP, Swift trabajó con Max Martin/Shellback la dupla que ha hecho magia con Britney Spears, Katy Perry, Ariana Grande, Pink y una infinidad de artistas. Ellos saben hacer pop y han guiado a Taylor anteriormente en canciones como ‘We Are Never Ever Getting Back Together’ o ‘I Knew You Were Trouble’, no había duda en que, si ellos estaban presentes en la producción del álbum, este iba a impactar comercialmente como ningún otro basta con escuchar ‘Style’, ‘Blank Space’ o ‘Bad Blood’ para entender el elemento sorpresa que la dupla le aporta al disco.

Además, están Imogen Heap, Ryan Tedder de One Republic y Jack Antonoff que le ayudan en la producción de canciones más personales como ‘Out Of The Woods’, ‘I Know Places’ o ‘Clean’. Es intrincado ver y entender cómo Taylor Swift nunca decepciona con sus lanzamientos, pero el mundo le falta al respeto a la industria de la música misma: desde la misoginia camuflada en mensajes de “solo escribe sobre sus exnovios” o “¡Oh! solo se está haciendo la víctima”, o el conocido #TaylorSwiftIsOverParty que llevó a que se desapareciera por meses, o perder los derechos sobre sus seis primeros álbumes de estudio, sí incluido el 1989 del que hoy hablamos eufóricamente.

 

Estamos ya a 2020 y durante la pandemia declarada gracias al COVID-19 no hay más remedio que mirar con nostalgia el modo en el que 1989 (el álbum) marcó un antes y un después en la música pop en una década en la que los avances tecnológicos vinieron como avalancha. Es inevitable mirar en el renacimiento de Taylor el renacimiento de una cultura y un género. Como alguien que vivió a esa explosión de las “divas de la música pop” era imposible pensar en ese género como algo que tuviese narrativa y letras con ‘sustancia’ porque, seamos honestos, los “Oh baby” y las repeticiones estaban sobre la mesa.

 
Y aunque el género aún conserve esa esencia repetitiva y genérica que tiene el propósito ultimo de impactar en la radio, vender millones de copias y generar cientos de millones de streams en un solo día. Taylor Swift en ‘1989’, sin ningún referente, mostró que es posible pensar en la música pop en algo que impacte en los listados, ventas y récords; y a la vez que sea algo que te haga pensar.
 

El impacto del álbum se vería después: llevarse el –anteriormente relevante– Grammy por álbum del año en 2016 frente a composiciones de The Weeknd o el poderoso LP de Kendrick Lamar ‘To Pimp a Butterfly’. Hoy en día, basta con revisar las composiciones musicales durante la década del 2010 para entender el impacto de ‘1989’; seis años después de aquel álbum vemos cómo la nostalgia ochentera y disco regresa a los listados. Swift ha pasado por tres álbumes de estudio que en cierta medida ayudan a entender la razón por la que Barbara Walters dijo sin titubear que estábamos frente a la industria musical misma:

‘1989’ no le debe nada al furioso y oscuro álbum ‘reputation’; tal airado LP, con destellos hip-hop y rap, no tiene nada que ver con el atemporal ‘Lover’ y aquel álbum cuya única palabra que usaría para describir sería “unicornio” no es parecido, ni en la portada, al basado en historias y cuentos ‘folklore’. Ahí entiende uno que 1989 no solo definió la música en la década del 2010, sino el tono en el que Swift haría lo mismo que viene haciendo desde 2006: contarnos historias.

 
Swift aún tiene mucho por contarnos, eso no lo dudo, no volveremos a ver de su parte un álbum que impacte con la misma contundencia que lo hizo 1989 y está bien, ella está hecha para cosas más grandes ya lo ha probado con los tres álbumes que llegaron posteriormente, la energía de aquel LP guio a TayTay a ser reconocida como artista de la década. De lo que sí tendremos certeza es que el próximo álbum que cause disrupción en un género como el pop o defina por sí solo la década del 2020 tendrá que ver a ‘1989’ como ejemplo y caso de éxito, hasta que ello pase sentémonos y disfrutemos del maravilloso poder de la música.

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