Ayer nos estábamos despertando para iniciar nuestras rutinas y ritmos de vida complicados en medio de un diciembre que no tiene parangón con años anteriores: estamos viendo la luz al final de túnel en la crisis generada por la COVID-19 que, por supuesto, no da el brazo a torcer tan fácil.
Nunca en un millón de años esperábamos entrar a Twitter o Instagram (o cualquier red social que nos guste escarbar justo cuando nos levantamos de la cama) y ver una linda foto de Taylor Swift de espaldas con un abrigo –muy bello el, yo lo quiero-, y un pie de foto de foto que decía: “Me alegra decirles que mi noveno álbum de estudio, y el disco hermano de folklore, saldrá esta noche a la medianoche del este.”
Aquí estábamos otra vez, confundidos y emocionados porque tendríamos nueva música de TayTay y sin haberla pedido, es decir: teníamos siete álbumes para pasar las fiestas, un octavo que nos tenía entre la introspección y el desconsuelo y la ilusión de ver – para el otro año, al menos – los primeros cinco discos regrabados (y re versionados, seguramente) ¿Por qué querríamos un noveno?
‘Evermore’ llegó simplemente porque Taylor “no pudo dejar de escribir”, y en estos tiempos donde la inspiración y los miedos están al rojo vivo, lo mejor es tomar lo primero, dejar que fluya, nos lleve a mundos desconocidos y nos traiga de vuelta a casa con ese afán de querer más…
No soy músico y mi experiencia con el arte es poca, pero claro que entiendo esos momentos en los que luego de hacer algo para lidiar con lo que sea que esté pasando en el mundo siento la necesidad de aventurarme y encontrar más conceptos e ideas en los que embarcarme (sí, hablo de mis diarios de cuarentena, estos iniciaron con cinco fotos y terminaron con 13 fotos, cada una con mensajes secretos, pero con un eje central, el escapismo).
“Hay que seguir haciendo arte” inclusos en tiempos tan turbulentos, así que mientras ‘folklore’ llegó en un tiempo tan complicado y necesario, su hermana ‘evermore’ viene en tiempos de tensa calma y altas expectativas sobre el futuro; así comienza esta aventura en el noveno álbum de Taylor Swift, sin expectativas o curiosidades sobre el mismo. Es interesante como evermore es tan diferente y tan igual a folklore: en ciertos aspectos el instrumental toma esa esencia mágica del octavo álbum, pero, de repente estamos en lugares más optimistas y claros que ‘folklore’; en ocasiones las letras son más complicadas de asimilar y en instantes estamos impresionados por la experimentación (y a veces improvisación) que se palpa en muchos tracks.
Es entendible la similitud que existe entre ambos discos, si los hermanos tienen la marca de Aaron Dessner y Jack Antonoff: Con ‘willow’ el primer sencillo del LP me sentí de inmediato en una fiesta celta o medieval, sin duda son las cuerdas las que dan ese toque casi encantador pero inocente mientras Swift habla de los retos que debe afrontar para llegar a su amado y demostrar que ella es la indicada. Al track le sigue champagne problems que es una fusión de emociones hecha balada, aquí vemos a mujer que, al parecer, tenía planes un poco distintos al de la noche en el que un hombre le pediría su mano en matrimonio: “She would made a lovely bride, what a shame she’s fucked in the head”, esta canción me parece un comienzo amargo a la historia que nos contó Swift en ‘my tears richochet’ de ‘folklore’.
Luego en ‘gold rush’, una de mis canciones favoritas del álbum porque habla de esos sueños que tenemos con alguien que parece ser la persona perfecta, el objetivo; pero todas aquellas imaginaciones quedan solo en nuestra cabeza: esta persona es adorada por todos ¿La solución más sana? despertar del sueño. Después arranca tis the damn season, que es una carta introductoria a los personajes de ‘evermore’, aquí dejamos de lado a Augustine, Betty y James, los personajes del triángulo amoroso de ‘folklore’, para este álbum de Dorothea una mujer que deja su pueblo para perseguir sus sueños de fama en Hollywood.
A la presentación de personajes sigue la quinta canción, y sin haberla escuchado, ya sabía que sería la más triste del disco, por la tradición que tiene Swift al poner la canción más triste de cualquier álbum como “track five”, algunos ejemplos son: All Too Well, Cold As You, Delicate o The Archer; así que ‘tolerate it’ no es la excepción, esta es una canción en la que la que el desespero se siente de principio a fin, la canción habla de los miles de esfuerzos que hace el personaje para amar a alguien que ni siquiera le presta atención.
De experimentar dolor en su máxima expresión con ‘tolerate it’ llegamos a ‘no body, no crime’ que es la primera colaboración del disco, en esta, Swift y las hermanas HAIM, al son de country bien oscuro y destellos de rock alternativo nos hablan de una auténtica de historia de crimen en donde, Este, en un afán de venganza acaba con la vida de su esposo. Acto seguido empieza ‘happiness’ que tiene de todo, menos felicidad en sus letras… Bueno, la felicidad la reserva para el final en donde durante el track vemos al personaje hablando de la toxicidad de aquella relación mientras lenta, pero seguramente, llega el final donde deja todo atrás y es feliz.
La historia de amores y fama continua en ‘dorothea’ en donde, en un tono optimista similar al de ‘betty’ vemos al posible amado de la protagonista comparando todo lo que él puede ofrecer, tal vez aquel pueblo pequeño no tenga lo rimbombante y las luces de cámara que Dorothea fue a buscar en Hollywood, pero el sujeto le está ofreciendo estabilidad ¿Será que lo acepta? ‘Coney Island’ es otro de mis momentos favoritos del LP, no sé si es por el aporte de The National en la pista a las cuerdas que se oyen constantemente, sin embargo, no sabemos quiénes son los protagonistas de la historia ¿Será personal? ¿O volvemos al triángulo amoroso de ‘folklore’?
Ivy es otro de mis momentos favoritos del álbum, que hasta el momento nos deja muy claro que a Swift le gusta contar historias y mientras la historia sea “chévere” pues el tiempo vuela como el viento y al final se reserva la intriga; en este track la protagonista es una mujer casada que, al parecer, le es infiel a su esposo, durante la canción la vemos confundida pero extasiada por el momento. Similar a la anterior es ‘cowbow like me’ que, por supuesto, debía tener toques de country; aquí se dejan de lado las infidelidades y vemos a dos personajes hablando de sus ires y venires, y cómo jamás fueron capaces de establecerse.
De idas y vueltas románticas llegamos a ‘long story short’ que es otro momento experimentación en ‘evermore’ – y por tanto, otro de mis favoritos –, en esta canción vemos a Swift hablar de las “múltiples vueltas que da la vida” y lo cruel que esta fue con el personaje (o ella) pero cómo, al final, se repuso de todo ello: “Pushed from the precipice/ Climbed right back up the Cliff/ Long story short, I survived”. La décimo tercera canción de ‘evermore’ es similar ephiphany (de folklore), solo que mientras en la segunda vemos a Swift habla de su abuelo y la crisis generada por la COVID-19 en ‘marjorie’, Taylor rinde un bello tributo a su abuela – una cantante de ópera – y de paso nos muestra cómo el tiempo nos dicta en ocasiones que solemos ser muy pequeños para disfrutar y hablar con nuestros familiares antes de que partan (no los disfrutamos lo suficiente), al final oímos ciertos sonidos de ópera, lo que se intuye, podría ser la voz de Marjorie Finlay, la abuela de Swift.
‘Closure’ es otro gran momento de experimentación que podemos oír en ‘evermore’ aquí TayTay juega un poco el modificador vocal, distintivo de Bon Iver, que convierte su voz suave, en lo que sería un gruñido contundente, ese toque industrial y conversacional de un amado que no entiende o no está dispuesto a entender la razón de por la que su amada está molesta con él. Similar a ‘happiness’ es ‘evermore’ – la segunda colaboración con Bon Iver – esta, aunque menos contundente que ‘exile’ (de ‘folklore’) se establece en un lugar de salud mental y lucha con nuestros demonios, el track es necesario tanto en el disco ‘evermore’ como en su predecesor por el tono personal y casi directo que toma: el caos y lo bueno que podemos sacar de ello.
Así le fue a evermore

Así cierra ‘evermore’ y ya entiendo por qué Swift llamó a este proyecto la hermana de ‘folklore’, al final el noveno álbum me deja la sensación de que es más ‘maduro’ pero aventurero porque se embarca en silencios, nuevos géneros (como el rock alternativo, lo industrial y country sombrío); la musas y las elegías de su hermana mayor están presentes; ‘evermore’ es como el hermano o el primo menor que imita todo lo que hacemos, falla, pero en el intento sale con su propia propuesta y a veces es mejor… A veces.
Para un álbum que se establece en la experimentación como diferencial a ‘folklore’, ‘evermore’ no falla en cohesión, seguimos teniendo musas, cuerdas, historias que se conectan o no entre otras, baladas que sentimos que Swift escribió para nosotros, en fin, una experiencia bien buena.
Para un álbum que se establece en la experimentación como diferencial a ‘folklore’, ‘evermore’ no falla en cohesión, seguimos teniendo musas, cuerdas, historias que se conectan o no entre otras, baladas que sentimos que Swift escribió para nosotros, en fin, una experiencia bien buena.
Para un álbum que se establece en la experimentación como diferencial a ‘folklore’, ‘evermore’ no falla en cohesión, seguimos teniendo musas, cuerdas, historias que se conectan o no entre otras, baladas que sentimos que Swift escribió para nosotros, en fin, una experiencia bien buena.
Para un álbum que se establece en la experimentación como diferencial a ‘folklore’, ‘evermore’ no falla en cohesión, seguimos teniendo musas, cuerdas, historias que se conectan o no entre otras, baladas que sentimos que Swift escribió para nosotros, en fin, una experiencia bien buena.
Para un álbum que se establece en la experimentación como diferencial a ‘folklore’, ‘evermore’ no falla en cohesión, seguimos teniendo musas, cuerdas, historias que se conectan o no entre otras, baladas que sentimos que Swift escribió para nosotros, en fin, una experiencia bien buena.
Para un álbum que se establece en la experimentación como diferencial a ‘folklore’, ‘evermore’ no falla en cohesión, seguimos teniendo musas, cuerdas, historias que se conectan o no entre otras, baladas que sentimos que Swift escribió para nosotros, en fin, una experiencia bien buena.
Para un álbum que se establece en la experimentación como diferencial a ‘folklore’, ‘evermore’ no falla en cohesión, seguimos teniendo musas, cuerdas, historias que se conectan o no entre otras, baladas que sentimos que Swift escribió para nosotros, en fin, una experiencia bien buena.
Excelente
Para un álbum que se establece en la experimentación como diferencial a ‘folklore’, ‘evermore’ no falla en cohesión, seguimos teniendo musas, cuerdas, historias que se conectan o no entre otras, baladas que sentimos que Swift escribió para nosotros, en fin, una experiencia bien buena.